el final que nunca llega, la enfermedad que avanza
conservándome prisionero de una humanidad devastada
que reposa en el silencio de esta cama de hospital.
Sentenciado a soportar un intenso sufrimiento
por quienes creen poder manejar y controlar nuestro destino,
y se han arrogado hace mucho tiempo
el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos.
Eutanasia, es el remedio a mi enfermedad.
Eutanasia, las dudas se alejan, es mi última decisión.
Ya muy arto y cansado de terapias
con dosis fuertes que me intentan reanimar
y no hacen mas que prolongar esta agonía
el doloroso trance de tortura sin piedad.
Ahora que pienso sin prejuicios sobre mis sentimientos
abro los ojos y pregunto (con un rastro de esperanza)
¿Cuánto tiempo faltara para mi hora fatal?
¿Cuantos más tendrán que sufrir hasta poder decidir en libertad?
Eutanasia, es el remedio a mi enfermedad.
Eutanasia, las dudas se alejan, es mi última decisión.
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